ACERCAMIENTO A LA PEDAGOGÍA
CONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA HUMANA
Steiner (1991) afirma el ser humano cuenta con cuatro aspectos:
-El cuerpo físico: parte del hombre accesible a la observación sensoria. Este cuerpo está sujeto a las mismas leyes que rigen toda vida material y está integrado por las mismas sustancias y energías que todo el resto del llamado mundo inanimado.
-El cuerpo biofórico o etérico: que correspondería a la «fuerza vital» o «principio vital». Este cuerpo o plexo lo tienen también las plantas y los animales, pues es él quien estimula a las sustancias y fuerzas del cuerpo físico para que se configuren. Es el constructor y artífice del cuerpo físico, su morador y arquitecto. El cuerpo etéreo corresponde a una estructura energética, son fuerzas activas, no es materia.
-El cuerpo astral: es el tercer miembro constitutivo del ser humano, es el vehículo del dolor y del placer, del instinto, deseo, pasión, etc. de todo lo cual carecen las criaturas que sólo poseen los cuerpos físicos y etéreo. Se puede resumir lo que antecede en el término «sensación». El cuerpo astral o sensible es una estructura integrada por imágenes dotadas de movimiento interior, luz y color. Este cuerpo sensible lo tiene el hombre en común con el reino animal solamente, como vehículo de la vida emotiva.
-La naturaleza humana posee un cuarto aspecto, no compartido con otras criaturas terrestres: es el sustrato del «YO» humano. Este sustrato es la expresión del alma superior, y por poseerlo, el hombre es la cúspide de la creación. La función del «Yo» es ennoblecer y depurar, desde sí mismo a los demás miembros constitutivos (cuerpo físico, etérico y astral).
LOS SEPTENIOS
La vida humana se divide en ciclos de siete años o septenios, en base a que cada siete años en el ser humano se producen transformaciones a nivel físico, anímico y espiritual.
Primer septenio la configuración del cuerpo físico, despliegue fisiológico del alma humana: sentir, pensar y voluntad están muy atados a los sentidos.
Segundo septenio se va desplegando el cuerpo etérico, un despliegue psicológico en el que sentir, pensar y la voluntad evolucionan dentro de la propia personalidad
Tercer septenio cuerpo astral. comprenderá el despliegue social del alma humana: el hombre habrá de encontrar su relación con el mundo, el hombre actúa ahora desde su interior hacia el mundo exterior.
Teniendo en cuenta los septenios la Pedagogía Waldorf considera de vital importancia el no saltarse etapas evolutivas, es decir, no introducir aprendizajes para los que el niño no está preparado. Y esto es así porque las mismas fuerzas que están trabajando en la constitución del cuerpo físico, serán las que posteriormente el niño utilice para su desarrollo intelectual. Y si adelantamos los aprendizajes escolares y sus exigencias intelectuales, obligamos al niño a emplear las fuerzas que deberían estar configurando su cuerpo físico en aprendizajes intelectuales, lo cual puede provocar en el niño desequilibrios posteriores.